La búsqueda de la vida eterna es una constante en la raza humana. Desde los alquimistas que luchaban contra los elementos en la Edad Media, hasta los laboratorios más vanguardistas del siglo XXI, no hemos cambiado tanto.
¿O sí?
La ciencia avanza, nuevos tratamientos llegan, enfermedades se erradican y la esperanza de vida se alarga.
Y en cada paso del camino evolutivo, siempre hay una constante: la naturaleza.
Ese complejo sistema formado por montes, ríos, bosques, desiertos y millones de seres que estaban aquí mucho antes que nosotros, guarda secretos que ni imaginamos.
¿Puede ser que eso que llevamos milenios buscando se hubiera escondido siempre ahí, en el medio natural que nos sostiene?
Bienvenido al mundo mágico del hongo de la inmortalidad.